miércoles, 10 de noviembre de 2010

NOVELA NEGRA


Como sabéis todos, Fito, nos dijo en la última tertulia que el cómic que más le había gustado en toda su vida era Blueberry. Por eso, en cuanto reciba los números que nos faltan, los comentaremos.

De momento, os recomiendo esta novela cuyo final es distinto de cualquiera otra novela negra que hayamos leído, y de la que el Chicago Tribune, ha escrito: " Qiu Xiaolong cuenta historias apasionantes mientra revela detalles fascinantes de la vida en China, desde la comida y la poesía a la política". En efecto, el autor nos retrata la vida en la actual China con la convivencia, casi sin problemas, de la China socialista con la China capitalista.

Me dijo José Manuel que el día 12 de este mes se iba hasta mediados de Enero a una especie de palacete que se acaba de construir su hermano, no sé si en Marruecos o en Tánger, y que a la vuelta nos convocaría a todos, menos a Andrés, que se va por tiempo indefinido a Sevilla a atender a su padre al que le han diagnosticado alzheimer.


También me peguntó José Manuel, en nombre de todos, más detalles sobre la posible tertuliana. Como os dije, me la presentó mi hijo y apenas estuve un par de minutos con ella. Recuerdo su mirada inteligente que irradiaba de alegría y su hablar preciso lleno de simpatía. En todo caso, si nos escribe un comentario, antes de que nos volvamos a reunir en Enero, la conoceremos mejor. Os adelanto que, en parte, os he recomendado una novela, porque ella me dijo que la afición al cómic era un "ocio caro". Ya hablaremos, pero a mí me parece valioso que se incorpore a la tertulia, en la medida que pueda, porque está muy ocupada.

1 comentario:

Charo Fernando dijo...

Por alusiones.

Queridos amigos:

Están advertidos, se les ha colado una intrusa en su blog comiquero. Les pongo en antecedentes: es una mujer, pequeñita y delgaducha, sabe poco de literatura en general, y menos de cómic en particular.

Pillada in fraganti, alega en su defensa atesorar algunos tomos de “Historias Color de Bruguera”, editadas en los años setenta, con títulos como “Oliver Twist”, “Las aventuras de Tom Sawyer” o “Colmillo Blanco”. Aquélla colección, que combinaba los libros de aventuras con la edición de cómic, y en la que –dice- muchos hoy treintañeros se acercaron por vez primera a los clásicos de la literatura y quedaron contagiados, ya para siempre, del “virus literarius”. (Propone sustituir los manuales de “Educación para la ciudadanía” por la lectura obligatoria de esta colección, rica en valores como la amistad, el honor o la lealtad).

Manifiesta haber leído la colección completa de Astérix y haber aprendido en sus libros grandes verdades. Por ejemplo, ¿alguien ha explicado mejor que Goscinny y Uderzo en “La Odisea de Astérix”, que en todo “barco” (léase “grupo”, “familia”, “empresa”…) existen dos tipos de personas: “Miembros con derecho a remo” (M.C.D.A.R) y “Miembros sin derecho a remo” (M.S.D.A.R.)?).

De entre sus lecturas comiqueras más recientes recomienda a diestro y siniestro “Persépolis” de M. Satrapi y “La liga de los hombres extraordinarios” de Alan Moore.

Poca cosa.

Y, para colmo, confiesa que últimamente lee mucho menos de lo quisiera. Ya ven que, como bien dice Mafalda, parece que en estos tiempos que corren: “lo urgente no deja tiempo para lo importante”.

Lo dicho. Una intrusa.