martes, 23 de marzo de 2010

Novela negra


(M.c. MENDOZA, OTOÑO SANGRIENTO. Otoño de 1888: Jack el Destripador en Londres, Erebus en Madrid... Ed. AKRÓN)


No sé si habrá que modificar elabuelocomiquero por elabuelonovelero. Lo digo, porque cada vez que os recomiendo una novela, todos, o casi todos, la leéis. En cambio, cuando se trata de un cómic, casi niguno.

No sé si habréis terminado de leer la novela de M. C. MENDOZA; y no sé dónde la clasificaríais: género policiaco o género negro. Recordáis, que hablando de este tema, referido al cómic, escribí: En la novela policiaca tradicional se trata de descubrir el asesino, cómo cometió el asesinato y sus motivos. La novela negra agrega un análisis de la sociedad en la que se produce el asesinato, al punto que algunas de estas novelas describen el barrio, la ciudad, o determinados tipos humanos o instituciones tan certeramente como estudios científicos sociológicos.

He encontrado lo siguiente en esta dirección de Internet:

http://autorneto.com/referencia/domesticas/estudio/genero-policial/:
Novela policiaca: "La novela clásica (policiaca), tiene aspectos más tranquilos, el personaje principal (el detective) se encuentra en un rango social más alto, que el de una novela negra. Trata los casos con paciencia y los resuelve con un gran análisis que lo llevaron a saber quién es el culpable,... El detective encerrado en un gabinete resuelve el caso con la sola ayuda de su sagacidad e inteligencia. Su aparición es clave de la invención del género. Normalmente es amante de la lectura, es soltero, solitario y extravagante. Es asocial. Y no se entromete en temas económicos, lo que garantiza que este no está “contaminado” por el dinero. No está incluido en ninguna institución social garantizando así también su libertad de pensar y /o actuar. La lucidez del detective depende de su posición social: es marginal, está aislado. Todos los factores permiten al personaje ver a la perturbación social, detectar el mal y lanzarse a actuar. Es la figura del gran razonador..."

A diferencia de la Novela negra en el que "en este tipo de relato importa más la descripción de la sociedad en donde nacen y la reflexión sobre el deterioro ético."

Esta novela se encuentra entre los dos géneros, aunque, como en la novela policiaca predomina el misterio. No obstante, la novela está muy bien documentada y nos introduce en el Madrid de finales del siglo XlX, al punto que también puede incluírsela dentro del género histórico, pero la autora integra tan bien los datos históricos que, para mí, predomina el misterio y la he leído con verdadero interés.

Contiene algún anacronismo aislado como, por ejemplo, el de la página 45 en el que la protagonista, en Octubre de 1888, oye la letanía del rosario y entre las invocaciones de esa letanía, la de Mater Ecclesiae. Esta invocación que yo recuerde la introdujo el papa Pablo Vl, casi un siglo más tarde.En la página 213, la tercera línea del primer párrafo no se entiende bien, pero el resto del párrafo se comprende perfectamente.

La protagonista, como buena burguesa a la que no le falta nada desde el punto de vista material, defiende ideas marxistas y, lógicamente, demuestra animadversión hacia todo lo que sea religioso, especialmente el catolicismo, hasta llegar a describir a varios de los personajes españoles en el aspecto religioso, de forma algo caricaturesca. Naturalmente, el personaje más odioso es una persona consagrada a Dios y el español que sale mejor parado es un agitador marxista.

Por lo demás, y como consecuencia de lo anterior, critica, con extraordinario acierto, la doctrina del superhombre de Nietzche y las monstruosidades a las que puede dar lugar.

Pero toda la novela está transida de un delicioso sentido del humor y de una historia romántica que revela una gran perspicacia psicológica por parte de M.C.MENDOZA en la descripción de los personajes y de las situaciones.

En resumen, se trata de una autora que, aunque desde mi punto de vista tiene que trabajar más, posee verdadero talento narrativo. En fin, ya comentaremos en la tertulia.

Termino diciéndoos que no os hagáis ilusiones, porque mi próxima recomendación será, de nuevo, un cómic del género negro.

10 comentarios:

Babunita dijo...

Querido abuelo-comiquero:

No se te escapa una!!

Anónimo dijo...

Querida Babunita:
He agregado un anacronismo en la página 45 y una frase que no se entiende en la 213. Quizá se le podría dar noticia a la autora. Gracias, sobre todo por el comentario.

M.C. Mendoza dijo...

Hola, hola, Soy la autora de esta novela que tan perspicazmente has comentado. Me has dejado patidifusa con lo de la letanía esa jajaja. Desde luego, no se te pasa una. Pero me parece muy bien que los lectores tengan sentido crítico y analicen lo que leen. Y sobre todo que tengan sentido del humor al comentar.
Saludines y gracias por la crítica.

Bucs dijo...

Muy buena crítica.

Anónimo dijo...

Pus yo no veo ninguna frase que .... ¿ se refiere a catalogar de locura la huida en velocípedo por motivo de otro acceso de locura irreprimible, ninguna de las cuales se menciona en esa página ? Hilar demasiado fino es un exceso de meticulosidad. Mucha meti.culo.sidad es insana. O tal vez se refiere a que debe seguir un camino que debe relacionarlo con lo bien que se lo pasan cuando salen a tomar café y chocolate, eso si que no queda muy claro.

En lo relativo a lo de la letanía, no hay que olvidar que la autora escribe desde el presente, no desde el pasado, y es lógico que se le cuelen pequeños anacronismos, sin importancia ni trascendencia alguna, que no modifican o estropean el relato dentro del contexto donde han sido situados.

Hay un gesto, genial, un toque de distinción único que sólo a tí, solo a tí, mi querida y admirada M.C. Mendoza se te podía haber ocurrido introducir en el texto. Parece incluso, que lo has visto en alguna película de época. Es cuando un caballero ( no recuerdo cual ) avisa con un golpe de bastón en el techo del carruaje al cochero para que reinicie la marcha. ¡ Chapeau ! detalles así si que nos situan en la sociedad de aquel tiempo, y detalles de esos hay muchos en la novela. Se diría que la visualizas al escribir como si fuera una película. Huyyyyy que salada eres. A veces, me recuerdas a Pilar Miró, por cierto, su hijo se parece mucho a un conocido periodista asturiano, un tipo raro, misógino, solitario, desconfiado y de baja estima. Además gruñe como un cerdo cuando respira.

Anónimo dijo...

¿ Tercera línea ? pero ...... bueno, si Vd. lo afirma .... díjolo Blas y punto redondo.

Hooker dijo...

Isabela:

No olvide que por muy fan que sea usted de la autora, la documentación, además de la ambientación son elementos ineludibles a cualquier escritor que se precie. ¡Es obvio que un autor actual escribe desde el presente! Las cuerdas cósmicas y los agujeros de gusano, literariamente se los dejamos a los Wells y Asimovs. Como decía, si se elige libremente ambientar una novela del género que sea en una época determinada los mínimos exigibles son ídem. Que además, crítica literaria constructiva y concreta como la que hemos leído de manos del abuelocomiquero no es fácil de encontrar en estos días. También se entiende que realizar una crítica de estas características cuesta trabajo, más allá de la mera lectura y que el trabajo realizado por los nuevos críticos es “ley del mínimo esfuerzo” o con mucha suerte las de -test universitario- En gran mayoría de medios lea una crítica leídas todas...

En fin, que claramente lo que aquí se entiende es que los escritores que se perfeccionan permanecen, los que se rinden a los vicios del trabajo liviano son olvidados, basta contar cuantos títulos en estos géneros sobreviven y son reeditándos.

Por cierto alguna de mis objeciones observadas en Otoño Sangriento se deben a expresiones de los personajes, lejos de afianzarlos en si mismos los hacen menos creíbles. Lo que menos me ha gustado de la novela, es el sustrato de tópicos y lugares comunes que podemos denominar progres y que en mi opinión insultan la inteligencia del lector.

M.C. Mendoza dijo...

¿Progre??? Bueno, reconozco que mi ideología está mas cercana de la izquierda que de la derecha, aunque no me encuadro en ningún partido o tendencia de los mayoritarios en España. Tambien reconozco que me resulta muy difícil que mis personajes no se parezcan a mí misma. También admito que algunas expresiones y formas de hablar son demasiado actuales. Y acepto todas las críticas, porque creo que eso ayuda a mejorar. También he de decir que hice catorce páginas de correcciones para esta novela, comas, erratas, malas expresiones y demás, y no estoy segura de que se hayan puesto todas... Eso tambíen tenía que decirlo.
Y bueno, mi intención no era insultar la inteligencia de nadie, pero es que yo soy así y pienso así. Pero acepto el comentario, por supuesto. Las personas inevitablemente teñimos con nuestra visión subjetiva nuestras obras, también los de la derecha...

Anónimo dijo...

Yo creo que los personajes de esta novela no son dos, es uno, que se desdobla y es entonces cuando sale la chica progre y resueltamente feminista. Jack el Destripador, odiaba a las mujeres, por eso las 'desfeminizaba' a base de arrancarles las entrañas, las dejaba asexuadas ( además de fiambres ). En la literatura de M.C. Mendoza estoy encontrando muchas pistas para entender mejor la raiz del Mal. El Mal envidia a la mujer, supongo que esto es una larga enemistad, que viene de tiempos muy antiguos, lovecrafianos, pero que es real, verdadera. Yo, claro, estoy de parte de la pobre Eva, no de la serpiente. ¿ Quien es en realidad la sierpe ? ¿ Qué quiere ? ¿ Se había enamorado de Adán ? ¿ Quien fue la primera mujer, aquella que se llamó Lilith ? ¿ era la serpiente sin óvulos ? Vaya melée, pero aquí hay biomateria de sobra para volver los ojos hacia aquel Jardín del Edén.

Un caso para esos dos detectives que son uno solo.

Anónimo Citador dijo...

Bueno, puestos a afinar en la caza del gazapo de la novela, corregiremos al corrector: la letanía del Rosario incluyó "Mater Ecclesiae" en 1980, y no pudo ser cosa de Pablo VI, sino de Juan Pablo II.
Saludos. Gran crítica. También le ha pasado esto mismo a la autora de Entre Costuras, María Dueñas: en el velatorio de don Anselmo, la protagonista habla con otra mujer, y de fondo se oye la letanía...Madre de la Iglesia... y esta novela transcurre en 1936, al comienzo de la guerra civil.
Viva la literatura. Muerte al gazapo.
De todas formas, buena crítica, buena, de verdad.