lunes, 26 de enero de 2009

Antropomorfismo

David Rubín, La tetería del oso malayo, Ed. ASTIBERRI


Estamos ante un cómic de cuentos o fábulas difícil de superar. Se trata de literatura hecha dibujo o, mejor, de dibujo literario, tal es la adecuación del dibujo al texto. En este sentido, en próximas ediciones, que supongo que las habrá, merece la pena corregir algunas erratas, como, por ejemplo, la de la página 78, que sustituye la x de excusa por una s.

Los cuentos o fábulas son algo desiguales, así como el dibujo, destacando el titulado, Antón en llamas. Pero son diferencias mínimas dentro siempre de un dibujo excelente.

Ya dice en la primera viñeta de la segunda página de Detrás de la barra que la tetería "en realidad es un consultorio psico-anímico". En efecto, el esquema de narración que aparece en este primer cuento, con pocos matices, es el que se sigue en los siguientes: partiendo de una situación casi desesperada se termina con una estupenda esperanza. Y es que el dueño de la tetería, Sigfrido es un personaje todo bondad y sobre todo comprensión, en el que no existe un adarme de maldad. Todos quisiéramos tener un amigo así.

Los personajes nos permiten reconocer a personas que tratamos y a nosotros mismos. Sin embargo, echo de menos algunos personajes, y si alguna vez hablo con David Rubín se los diré, porque resulta un poco larga su justificación. En todo caso, pienso que seguirá con estos cuentos de la tetería.

Finalmente, no me resisto a copiar algo de lo que Sigfrido piensa de su profesión: "...saber escuchar, ayudar en lo posible siempre con discreción y servir las infusiones y los licores con corazón, pensando en la persona que los va a beber..."

1 comentario:

famous-top dijo...

hola me podes firmar? bye!