El argumento de esta novela es bueno, como el de otras novelas, con un fondo de cinismo, quizá fruto de cierta deseperanza de algunos de los personajes. Lo que hay que destacar en esta obra es su ambientación. Pocas novelas hemos leido tan conseguidas en este aspecto. No sólo conocemos Rusia, en este caso Moscú sino que vivimos su ambiente y sus habitantes. Sobrecoge la profundidad del conocimiento de Martín Cruz Smith del alma rusa y de los rusos.
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