Recuerdo que en una de nuestras primeras tertulias, casi por unanimidad, me dijisteis que lo cómics que más os gustaban eran los del género negro y policiacos. Sólo Fede indicó que él prefería los de suspense. Luego se ha visto que los cómics apenas os gustan, por lo que tenemos que plantearnos nustra tertulia comiquera. No obstante, por si a Fede le interesan de verdad los cómics de suspense le recomiendo del que reproduzco la portada más arriba y que puede adquirir en cualquiera de las librerías que os he dicho, así como en las direcciones de Web que también os he aconsejado.
El cómic tiene 144 páginas, que realmente quedan reducidas a 140, porque incluye unas noticias muy interesantes de Enrique Torres y la reproducción de dos de las portadas originales aparecidas en la edición americana. Como el cómic lo integran 20 historietas, quiere decir que dichas historietas tiene una extensión de 7 páginas, compuesta, por 7 viñetas cada una, por lo que las historias se cuentan en sólo 49 viñetas, lo que en algunos casos resulta acertado, pero en otros se evidencia una extensión demasiado breve. Si recordáis, esto mismo ocurría con el cómic de PERIODISTAS y por cierto, en algunas de las historias de este cómic el guionista y dibujante es también Johnny Craig, cuya portada del número 22, en la que aparecía un hombre que acababa de cortar la cabeza de una mujer con un hacha, fue uno de los desencadenantes de la persecución que sufrió el cómic en 1954. Si bien, como ya hemos hablado el cómic sólo desencadena la violencia en personas predispuestas a ello y a las cuales se la desencadenaría igualmente una película, una obra de teatro, una noticia leída en el periódico e incluso una fotografía.
Las historias de Clásicos del SUSPENSE, captan, todas ellas, la atención. Al azar elijo el planteamiento de una, que no es ni la mejor ni la más original. Una mujer contrata a un asesino para que la mate, sin dolor y sin que se dé cuenta, porque el médico le ha diagnosticado una enfermedad de la que morirá en seis meses entre terribles dolores. Lo único que le pide al asesino es que no sea él, porque ya le conoce. Éste responde que, por supuesto, el encarga siempre estos "trabajos" a cualquier matón. Al llegar la mujer a casa, el médico y su marido, la están esperando con la buena noticia de que ha habido un error y que con una operación sin importancia se curará. La mujer llama inmediatamente al asesino, pero ya no está y ve un coche negro aparcado delante de su casa y sin nadie dentro. Corre a cerrar la puerta trasera y después la principal. Pero no llega a tiempo. Un hombre alto, fuerte, de aspecto frío y con el sombrero calado hasta las cejas consigue entrar,... Para conocer el final tendréis que leerlo.
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